Un individuo subió a un tren en Nueva York y le dijo al revisor que se dirigía a Fordham. “El tren no se detiene en Fordham los sábados”, le dijo el revisor, “pero le diré lo que podemos hacer. Cuando entre el tren a la estación de Fordham, reducirá la marcha; entonces yo le abriré la puerta y usted podrá saltar del tren. Pero cuando toque usted el suelo tenga la precaución de correr unos cuantos metros en la dirección del tren,de lo contrario caerá usted de bruces”. Al llegar a Fordham, se abrió la puerta y el pasajero hizo lo que el revisor le había indicado. Pero, al verle, otro revisor abrió otra puerta y le hizo subir al tren mientras éste recobraba su velocidad. “¡Tiene usted suerte, amigo”, le dijo el revisor, “el tren no se detiene en Fordham los sábados!”.
Es el prsonaje principal de una novela de Mark Twain.
Samuel Langhorne Clemens (1835-1910), quien más tarde firmaría
Mark Twain, era un chico de once años cuando murió su padre y tuvo
que ganarse el sustento trabajando como aprendiz en una imprenta. El
muchacho debió quedar deslumbrado por las enormes máquinas que servían para reproducir periódicos y libros. En poco tiempo aprendió el oficio de tipógrafo, que le iniciaría en el mundo literario, y siendo adolescente aún comenzó a soñar con ver su nombre en un periódico. Así que,
de forma precoz, Samuel inició su carrera con relatos breves en los que
se insinuaba el talento que caracterizaría su obra.
El seudónimo con el que sería conocido mundialmente lo adoptó a los
veintiocho años. Había trabajado como piloto de barco de vapor en el Misisipi y mark twain, que significa «dos brazas de profundidad», era el
calado mínimo necesario para navegar. Con este «calado mínimo», Twain
fue hábil en retratar su época y proyectar su literatura al futuro. Hannibal, el puerto del Misisipi donde pasó su niñez, se convirtió en trasfondo para el pueblo ficticio de San Petersburgo, en el que ambientó las
aventuras de Tom Sawyer y Huckleberry Finn, en las cuales denuncia
la hipocresía humana y el oprobio de la esclavitud.
Twain revolucionó la narrativa en lengua inglesa con su prosa realista, coloquial, cargada de humor y pletórica de fantasía. Creador de
personajes veraces y vívidos, su obra destila inteligencia, irreverencia y
sátira social, al tiempo que condena la falsedad y la opresión. En San
Francisco trabajó como periodista para el rotativo The Californian,
pero fue despedido tras varias disputas con los editores, que se negaban
a publicar algunos de sus artículos más polémicos.
Por el humor de su relato La célebre rana saltarina del condado
de las Calaveras, compuesto a los treinta años, adquirió fama en su
país. Enseguida se convirtió en un autor muy leído y hasta su muerte
publicó más de quinientos volúmenes, entre los que sobresalen, además
Hoy es viernes, uno de mis días favoritos. Por la tarde e quedado con Naiara y con Karely. Hemos ido al campo de fútbol a ver al novio de Naiara (Asier Villa) es muy bajito, y por una vez no me siento peque. Nos lo hemos pasado muy bien. Luego a la noche estuve hablando con ellas desde las 12:00 hasta las 2:30 de la mañana.
Sábado, 1 de Enero del 2013
Me he levantado a las 12:30 por lo tarde que me fui ayer. Mis padres no están y me he quedado sola con mi hermano. Nos lo hemos pasado muy bien. Cuando no están los padres dando la lata por todo, te lo pasas mejor. Tambien sali con Naiara y Karely fuimos a la biblioteca para coger wifi.
Domingo, 2 de Enero del 2013
Los domingos no me gustan porque al día siguiente hay clase.